ÍNDICE
- Libros de Andrea Camilleri en orden
- 1.- La forma del agua
- 2.- El perro de terracota
- 3.- El ladrón de meriendas
- 4.- La voz del violín
- 4.5.- Un mes con Montalbano
- 4.7.- La nochevieja de Montalbano
- 5.- La excursión a Tindari
- 6.- El olor de la noche
- 6.5.- El miedo de Montalbano
- 7.- Un giro decisivo
- 7.5.- El primer caso de Montalbano
- 8.- La paciencia de la araña
- 9.- La luna de papel
- 10.- Ardores de agosto
- 11.- Las alas de la esfinge
- 12.- La pista de arena
- 13.- El campo del alfarero
- 14.- La edad de la duda
- 15.- La danza de la gaviota
- 16.- La búsqueda del tesoro
- 17.- La sonrisa de Angelica
- 18.- Juego de espejos
- 19.- Un filo de luz
- 20.- Una voz en la noche
- 21.- Un nido de víboras
- 22.- La pirámide de fango
- 22.5.- Muerte en mar abierto
- 23.- El carrusel de las confusiones
- 24.- Tirar del hilo
- 25.- La red de protección
- 26.- El método Catalanotti
- 27.- El cocinero del Alcyon
- 28.- Riccardino
- 28.5.- La conciencia de Montalbano
- Los libros del abogado del Lincoln (Mickey Haller) en orden: ¿Cómo leer la serie de Michael Connelly?
- Libros de Daniel Silva en orden (Serie Gabriel Allon, Serie Michael Osbourne)
- Libros de Sean King y Michelle Maxwell en orden: ¿Cómo leer la serie de David Baldacci?
- Libros Independientes de John le Carré en orden de publicación
- Libros de Mary Russell en orden: ¿Cómo leer la serie de Laurie R. King?
- Libros de IQ en orden: ¿Cómo leer la serie de Joe Ide?
- Libros de Nikki Heat en orden: ¿Cómo leer la serie de Richard Castle (Tom Straw)?
- Libros de misterios de Liss MacCrimmon en orden: ¿Cómo leer la serie de Kaitlyn Dunnett?
- Libros del Informe Brennan (Serie de Televisión Bones) en Orden: ¿Cómo leer la de Kathy Reichs? – Lista Completa
- Todos los libros de JK Rowling en orden (Harry Potter, Cormoran Strike)
- Libros de misterios de la regencia del capitán Gabriel Lacey en orden: ¿Cómo leer la serie de Ashley Gardner?
- Libros de Cormoran Strike en orden: ¿Cómo leer la serie de Robert Galbraith?
Libros de Andrea Camilleri en orden
1.- La forma del agua
Una serie novela policiaca ambientada en Sicilia que ha sido alabada por público y crítica y cuya serie de televisión lleva emitiéndose 20 años en Italia.
En una cálida noche siciliana, tras nadar un buen rato en las tranquilas aguas que se remansan a escasos metros de su casa a orillas del mar, Salvo Montalbano emerge de la oscuridad con las ideas más claras: la solución del caso le ronda las narices, así que sólo es cuestión de paciencia y método, para lo cual nada mejor que relajarse antes con algún manjar preparado por Adelina, su fiel asistenta.
Si a los asiduos lectores de Andrea Camilleri esta escena les resultará familiar, los lectores no iniciados merecen una breve introducción: Salvo Montalbano tiene cuarenta y cinco años, conserva una novia en Génova y es comisario de policía del pequeño pueblo de Vigàta, en Sicilia, que si bien no se encuentra en ningún mapa de este mundo es más real que la vida misma. Fiel amigo de sus amigos, amante de la buena mesa y sabedor de que la tierra ha girado y girará muchas veces en torno al sol, Montalbano es el compendio vivo de las antiquísimas culturas mediterráneas. Su calidad humana, unida a su infalible perspicacia, han hecho de su creador, Andrea Camilleri, uno de los autores más leídos de Europa.
En esta ocasión, un conocido político y empresario aparece muerto semidesnudo en el interior de su coche en un arrabal donde reinan la prostitución y la droga. Todo apunta a que ha fallecido de un ataque al corazón después de haber mantenido relaciones íntimas con una persona desconocida. Sin embargo, el comisario Montalbano no se fía, y armado con su natural olfato para los comportamientos extraños, se propone descubrir la trama sexual y política que se esconde tras el presunto crimen.
2.- El perro de terracota
Un robo absurdo en un supermercado, el encarcelamiento un tanto estrambótico de un capo de la mafia, un asesinato cometido durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, a pesar de la firme determinación con que Montalbano afronta la resolución de estos casos, su auténtica pasión es descifrar el contenido simbólico que encierran. «Todo crimen conlleva un mensaje, la cuestión es conocer el código de quien lo ha escrito», le recuerda un excéntrico sacerdote al comisario. Así, el principal protagonista de esta novela -como de todas las que protagoniza Montalbano- es su particular forma de concebir el mundo. Los gestos, los detalles, las apariencias cobran un papel relevante, y el lenguaje se convierte en un instrumento clave para entender la realidad.
Unas pocas pinceladas, unas breves palabras le bastan a Andrea Camilleri para dibujar un profundo retrato de cualquier personaje. Su especial destreza en obtener la complicidad del lector, dejando sutiles huellas que sirven de potencial punto de encuentro, no es ajena al extraordinario éxito que ha cosechado con la serie de novelas del comisario Montalbano, verdadero héroe popular en Italia.
3.- El ladrón de meriendas
Tercera entrega de la serie del comisario que ha conseguido un espacio propio y original en la literatura policiaca contemporánea.
Sus anteriores andanzas han trazado su polifacético perfil que, como demuestra esta nueva aventura, está lejos de agotarse en el simple estereotipo.
En esta ocasión el comisario debe investigar el asesinato de un comerciante jubilado, cuya amante, una joven tunecina desaparecida tras el crimen, es objeto de todas las sospechas. Sin embargo, las pesquisas guían a Montalbano hacia el turbio mundo de los servicios secretos y su sucia guerra contra el terrorismo internacional. La razón de Estado se ve sometida a su implacable instinto de justicia, «quijotesco» según uno de los agentes secretos. Al mismo tiempo, la trama nos reserva sorpresas inusitadas, como un Montalbano profundamente conmovido por el destino del hijo de la joven acusada hasta el punto de proponerle matrimonio a su tan paciente como lejana compañera Livia.
Como todas las obras de Camilleri que tanto disfrutan sus cientos de miles de lectores en todo el mundo, El ladrón de meriendas es un irónico pero tierno recorrido por la cara más humana del homo sapiens, con personajes cuyo realismo surge precisamente de la penetrante y compasiva mirada de don Salvo. El duro universo de la inmigración ilegal, de los barrios populares mediterráneos, de los fríos burócratas al servicio del Estado, o el de la solidaridad femenina aparecen plasmados con pasmosa nitidez en cada una de las escenas de la novela, convirtiéndonos inevitablemente en testigos y cómplices no sólo de la intriga sino también de un entorno que acaba siéndonos sorprendentemente familiar.
4.- La voz del violín
Esta novela, perteneciente a la serie de Montalbano, refuerza aún más ante sus lectores la personalidad del escéptico, irónico y en ocasiones melancólico inspector de policía.
La aparente paz siciliana se ve truncada por el asesinato de una extraña. Una joven hermosa, mujer de un médico boloñés, aparece muerta en el chalet de ambos. Pocas pertenencias la acompañaban en la escena del crimen, aparte de un misterioso violín guardado en su estuche. Su bolsa de joyas se ha esfumado y todas las miradas se centran en un pariente desequilibrado que ha desaparecido la misma noche del crimen. Montalbano, con su parsimonia habitual, inicia la investigación. No cree a nadie, no se fía de nadie. Tras la muerte de un sospechoso, sus superiores dan por cerrado el caso, pero él, ni hablar.
Transitando los límites de la legalidad, como es su costumbre, Montalbano ha de relacionarse y pactar con los elementos más indeseables y abyectos del hampa, iniciando un viaje a lo más oscuro del alma humana, en el fondo, su territorio predilecto.
4.5.- Un mes con Montalbano
Su creador, Andrea Camilleri, es uno de los autores más vendidos de Italia.
Un mes con Montalbano es una buena muestra del talento de Camilleri y la mejor forma de introducirse en el particular universo de su entrañable héroe, el comisario Salvo Montalbano, quien, desdeel pueblo imaginario de Vigàta, en Sicilia, intenta comprender por qué las cosas son como son. Salvo es un hombre de mediana edad, melancólico y algo fatalista, pero sobre todo dotado de amplias facultades de expresión verbal. Soltero, con una novia que vive en Génova y a quien ve muy de vez en cuando, es un lector entusiasta de Sciascia y Bufalino, aprecia la buena cocina siciliana y disfruta de los suculentos platos que le prepara su vieja cocinera.
El abanico de delitos que abarca esta aventura es amplio. Premeditados, pasionales, financieros, mafiosos, políticos, y han sido cometidos por todo tipo de sujetos, jóvenes o adultos, hombres o mujeres, ignorantes o cultos. Algunos ocurrieron al inicio de su carrera, cuando Salvo aún creía en el poder de la justicia por encima de todo, otros demuestran que, en ocasiones, la inteligencia humana no es suficiente para comprender los móviles de un crimen. Una fina ironía y, sorprendentemente, una gran capacidad de compasión pueden ser igual de importantes para llegar a la verdad.
Enmarcada sin duda en la tradición de la gran narrativa siciliana, la escritura de Camilleri es también un homenaje a Sicilia, a su gente dura, terca, de pocas palabras, pero a la vez apasionada y con un gran amor por su tierra. Ellos son los habitantes de Vigàta y Camilleri los retrata como sólo un siciliano de pura cepa puede hacerlo.
4.7.- La nochevieja de Montalbano
Sexta entrega de la serie del entrañable personaje creado por Andrea Camilleri.
Los miles de lectores que disfrutan con cada libro de Salvo Montalbano, el entrañable personaje creado por Andrea Camilleri -el autor más leído de Italia-, encontrarán en esta ocasión una serie de relatos en los que el peculiar comisario siciliano, sabio intérprete del arte de vivir, se supera a sí mismo.
Así pues, los crímenes y criminales que se someterán al infalible escrutinio de Montalbano son tan heterogéneos y extraños como esa vieja pareja de actores que interpreta un fúnebre libreto en la intimidad de su dormitorio, aquel juez torturado por la idea de que su estado de ánimo influya en la ecuanimidad de sus fallos, o esa esposa cuya fidelidad es sometida a votación popular mediante carteles colgados en los muros de su pueblo. Y para coronar esta divertida colección, en el relato que da título al libro encontramos a Montalbano a punto de celebrar la Nochevieja, sumergido en un fuerte ataque de melancolía después de la enésima «discrepancia» con Livia, su eterna novia genovesa. La única luz de esa jornada oscura podrían ser los inenarrables arancini de Adelina, su asistenta, única persona en este mundo capaz de transformar estas croquetas sicilianas en un auténtico manjar de los dioses. Sin embargo, para poder acceder a este festín, Montalbano habrá de demostrar antes la inocencia de uno de los hijos de Adelina.
Desde la mañana de un día lluvioso, cuando antes de tomar el café se pone de un humor sombrío como la tinta, hasta la medianoche cuando, agotado, conduce hacia su casa de Marinella mientras se complace en el esperado disfrute de una hora de fresca soledad en su pequeña terraza a orillas del mar, Montalbano exhibe esa mezcla de sabiduría de vida y coraje que todos quisiéramos poseer.
5.- La excursión a Tindari
Toda una filosofía de vida.
Poseedor de las mejores virtudes del hombre mediterráneo, el comisario Montalbano enseña a disfrutar de la vida sin dejar de lado esa aguda percepción de la realidad, aderezada con la dosis exacta de cinismo, que le permite revelar la cara oculta de las cosas. Toda una filosofía de vida que Andrea Camilleri ha llevado a su máxima expresión con esta última novela del inefable inspector siciliano, la quinta publicada en castellano tras Un mes con Montalbano, El perro de terracota, La voz del violín y El ladrón de meriendas.
Nos reencontramos así con los entrañables personajes que pueblan la imaginaria localidad de Vigàta, en Sicilia: desde Livia, la novia genovesa de Montalbano, hasta Ingrid, su sensual amiga sueca, pasando por el voluntarioso Catarella y Mimì Augello, el fiel subcomisario. En esta ocasión, sin embargo, el inspector tiene que emplearse a fondo para resolver dos casos que parecen no tener nada en común: el asesinato de un joven y la desaparición de un matrimonio de ancianos durante una excursión a Tindari. Tras profundas reflexiones bajo un añoso árbol, descubre la pista que lo conducirá hasta una siniestra organización con la que más le valdría no haberse topado.
6.- El olor de la noche
El otoño ha regresado a Vigàta con algunas sorpresas. Mientras Mimì Augello, el brazo derecho del comisario Montalbano, ha tirado la toalla y está a punto de casarse, don Salvo aguanta la enésima reprimenda de Livia por haber estropeado el suéter que le regaló. Pero, como la vida hay que vivirla, Montalbano ya está de nuevo husmeando en un caso extraño, tan anómalo como que el cadáver aún no ha aparecido. La curiosidad irrefrenable del comisario y su innato sentido de la sospecha lo inducen a investigar la desaparición de un financiero y su ayudante, que han desvalijado a medio pueblo y alrededores. La incógnita podría explicarse como una vulgar fuga con el botín sustraído a las numerosas almas crédulas de la euforia de la bolsa, pero otra bastante más atroz parece imponerse.
En cualquier caso, a estos enigmas se aboca Montalbano con esa falta de prejuicios y esa lógica tan particular que tanta admiración despierta. En la medida en que su habilidad y su afán de justicia le permitan llegar hasta la verdad, podrá entonces decirse «que el olor de la noche había cambiado: era un perfume fresco y ligero, un perfume de hierba tierna, de verbena y albahaca».
6.5.- El miedo de Montalbano
A plena luz del despiadado sol siciliano, con un humor no exento del realismo más implacable, surge un caudal de sentimientos irrefrenables: el odio que provoca una venganza cuyas consecuencias han de durar décadas en Mejor la oscuridad; o los resquemores que despierta en todo el cuerpo de policía de Vigàta el comportamiento aparentemente ingenuo, pero cargado de miradas salvajes, de la joven Grazia Giangrasso, en Herido de muerte.
Y para arropar al comisario en su ardua tarea, no faltan los elementos de siempre: los desencuentros telefónicos con su novia Livia, las entrañables broncas con Mimì Augello, la perplejidad que siempre consigue producirle Catarella, el inefable telefonista de la comisaría. En esta ocasión, a los personajes conocidos se añaden otros nuevos, como el formal y distante comandante Verruso, antítesis de un Montalbano que descubrirá, con sorpresa y admiración, la dignidad y valentía con las que su nuevo aliado custodia un terrible secreto. Como es habitual en él, Montalbano aprovecha la resolución de los casos para exponer el contraluz de las cosas, de los acontecimientos y circunstancias que rodean los hechos, como si éstos fueran consecuencia de una condición colectiva, de otros dramas y otros padecimientos largamente sufridos, que escapan al control del individuo. Y todas esas dudas, miedos, tentaciones y contradicciones no hacen más que subrayar, si cabe, la profunda dimensión humana que ha hecho de este personaje el favorito de millones de lectores en todo el mundo.
7.- Un giro decisivo
Casi al límite del agotamiento, mientras nada en el mar con la furia de quien quiere liberarse de una noche de pensamientos obsesivos, el comisario Salvo Montalbano se topa, literalmente, con la investigación más difícil de cuantas ha llevado a cabo hasta la fecha. En efecto, su hallazgo de un cadáver medio descompuesto, con unos profundos cortes en las muñecas y los tobillos, desencadenará una serie de reacciones que harán que se sienta más aislado y superado por las circunstancias que nunca. La realidad política, la actitud de la policía hacia los inmigrantes, todo conspira contra su natural deseo de que se haga justicia con el cadáver anónimo, destinado si no, como tantos casos de clandestinos ahogados, a ser archivado sin más trámite y a perderse en un anonimato que, de un modo extrañamente macabro, parece armonizar con la acuciante sensación de soledad que padece Montalbano.
Sin embargo, la iniquidad sacude por fin al comisario, borra del mapa cualquier intención de abandonar su profesión y lo empuja hacia el arriesgado camino de una doble investigación sobre unos delitos aparentemente independientes y sólo equiparables por la infame violencia que se adivina.
Dos misterios que, a pesar de estar destinados a confluir en un punto determinado, se niegan a hacerlo, conformando un enigma inquietante que desbarata una y otra vez el rompecabezas. Al final del camino, la verdad que aguarda a Montalbano es de esas cuyo horror inconmensurable transforma para siempre a una persona, incluso a alguien tan curtido en mil batallas como Salvo Montalbano.
7.5.- El primer caso de Montalbano
Reflejo de tres épocas muy diferentes en la vida del comisario Salvo Montalbano, los relatos que componen esta nueva entrega del famoso personaje creado por Andrea Camilleri -uno de los autores más leídos de Italia en los últimos años- ofrecen una cara desconocida de Montalbano que deleitará a los iniciados y sorprenderá a aquellos lectores que se acerquen por primera vez al irresistible universo del seductor sabueso siciliano.
Si el primer relato nos presenta un caso insólito en el que la interpretación de la Cábala resulta decisiva para esclarecer la muerte violenta de una serie de animales de todo tipo y tamaño, el tercero, un extraño secuestro exprés que no termina de convencer a Montalbano, nos plantea la nueva realidad de la mafia, moderna y actualizada, que se enfrenta a unos policías obligados a salir a fumar a la calle para cumplir con la ley antitabaco.
Y entre ambos, el relato que da título al libro, un viaje al pasado para conocer al joven subcomisario Montalbano mientras espera con ansiedad un próximo ascenso. Harto de un paisaje de montaña acartonado, Salvo sueña con una casita a la orilla del mar, con el olor del salitre al amanecer y el rumor de las olas que rompen... Cuando su sueño se hace realidad, el flamante comisario se lanza a la carretera, loco de alegría, deseoso de llegar a Vigàta y conocer a sus nuevos compañeros. Y como presagio de lo que será su dilatada carrera, ya desde el primer caso se le plantea el dilema entre seguir sus corazonadas o atenerse estrictamente a las normas que marca la ley.
8.- La paciencia de la araña
Una historia de un delito sutilmente perpetrado desde el odio, capaz de tejer una telaraña de la cual resulta imposible escapar.
En esta decimosegunda entrega de la serie, Salvo Montalbano se encuentra postrado en cama, convaleciente de las heridas recibidas en su último caso. El comisario se siente confuso, el peso de los años lo abruma y una melancolía desgarradora lo lleva a cuestionarse cuál es el sentido último de la justicia y la «ley», a la cual él ha dedicado toda su carrera.
En tal estado se encuentra Montalbano cuando se le informa del secuestro de la joven Susanna Mistretta, y si bien las pesquisas son asunto del comisario Minutolo, algo le hace saltar de la cama. Quizá sea la necesidad de probarse a sí mismo que aún conserva toda su capacidad de reacción, o tal vez las insólitas circunstancias del secuestro, dado que la familia de la joven había perdido toda su fortuna años atrás de forma repentina y misteriosa. Al final, ambos motivos resultan cruciales, pues ese nuevo distanciamiento, ese escepticismo, es lo que llevará al comisario a considerar aspectos de la investigación que cualquier otro pasaría por alto. En ese contexto tan nuevo como difícil de asimilar, la resolución del caso pondrá a prueba sus verdaderos valores, sus miedos y sus creencias.
La paciencia de la araña es una insólita novela negra sin derramamiento de sangre y sin castigo para los culpables. La trágica destrucción de una vida, condenada a consumirse lentamente en el terrible dolor del desengaño y la traición, inspirará una venganza sutilmente perpetrada, como una gran telaraña de la cual resulta imposible escapar. Y a pesar de que la tristeza parece no querer abandonar a Montalbano, el breve y violento aguacero que cierra esta historia quizá sea un símbolo de esperanza de nuevos tiempos, más claros y luminosos.
9.- La luna de papel
Una entrega en la que el comisario estará dispuesto a desenmascarar la impostura y las trampas con que intentan confundirlo, y, naturalmente, sin renunciar un ápice a su acostumbrada alergia a los mandos superiores y al juez de turno.
El nuevo caso de Montalbano, uno de los más turbios a los que se ha enfrentado, arranca con la desaparición de Angelo Pardo, un solitario y enigmático representante de productos farmacéuticos. El posterior hallazgo de su cadáver en circunstancias no precisamente decorosas plantea una cadena de interrogantes sobre el móvil del crimen, por lo que Montalbano centra su atención en las mujeres más cercanas a Angelo: su hermana Michela, una solterona que bajo sus ropas anchas esconde una voluptuosidad que turba a nuestro comisario, y su amante Elena, la joven y bellísima esposa de un viejo profesor. Sus historias se contradicen y Montalbano, que sospecha que ambas ocultan algo, se esfuerza en sacar agua clara de todo ello.
Puesta a prueba por enésima vez su fidelidad a Livia, en esta novena entrega Salvo Montalbano se acerca como nunca a la psicología femenina, al tiempo que se rebela contra las primeras manifestaciones del paso de los años.
10.- Ardores de agosto
Un calor asfixiante arrasa Sicilia como una llamarada; durante el día el aire se vuelve irrespirable, las piedras queman y ni siquiera un baño en el mar ofrece algo más que alivio momentáneo. Con la ciudad sumida en un letargo incandescente, Salvo aguarda la llegada de Livia, que viene con unos amigos a pasar las vacaciones en una solitaria casita frente a la playa. Pero el idílico plan se tuerce cuando, oculto en los sótanos de la casa, aparece un baúl con un cadáver dentro.
El macabro hallazgo desata los instintos investigadores del comisario, que muy pronto se ve envuelto en una maraña criminal de múltiples facetas que involucra a políticos, banqueros y empresarios, todos bajo la omnipresente tutela de la mafia. Y como si la canícula no fuera suficiente para causar estragos en el comportamiento de los personajes, la presencia casi mágica de una bellísima veinteañera hace flaquear la proverbial lucidez del propio Montalbano, hasta el punto de tentarlo a dar ese paso trascendental que había evitado hasta el momento.
11.- Las alas de la esfinge
Camilleri dibuja con finísimo detalle los desvelos íntimos de su famoso personaje, que en pleno debate amoroso y existencial se desdobla en un afilado diálogo consigo mismo.
Después de lo acaecido en Ardores de agosto, la relación entre Montalbano y Livia ha dado un giro tan pronunciado que Salvo se encuentra sumido en un mar de dudas, presa de un profundo desasosiego que el paso del tiempo no parece sino agravar.
En tal estado de ánimo se encuentra el comisario cuando una llamada de Catarella lo obliga a zambullirse en la investigación de un crimen. Ha aparecido el cadáver desnudo de una joven, y la única pista sobre su identidad es un tatuaje en la espalda que representa una pequeña esfinge, una mariposa nocturna. Cuando la imagen se difunde por televisión, Montalbano y sus ayudantes irán tirando de un hilo que los conducirá hasta La Buena Voluntad, una asociación benéfica respaldada por importantes personajes cuya aparente misión es redimir a chicas de la calle y guiarlas por el buen camino. Sin embargo, al comisario más famoso de Italia las buenas intenciones de la dichosa asociación enseguida le huelen a estiércol, cosa que irremediablemente lo mete en un buen lío cuando su jefe le recrimina andar investigando a personalidades intachables. Pero el olfato de Montalbano puede más que la flagrante incompetencia de sus superiores, lo que lo llevará a vérselas con nuevas y crueles manifestaciones del crimen organizado.
Con mano maestra, Andrea Camilleri sigue dibujando con trazo fino los desvelos de su famoso personaje, en pleno debate amoroso y existencial. Sus teatrales excesos y geniales estrategias para sonsacar información forman parte de su persona tanto como su sabiduría de zorro viejo, su sentido del humor o su golosa sensualidad. Aunque parezca difícil, con cada nueva entrega de la serie Montalbano se supera a sí misma.
12.- La pista de arena
Otra aventura del comisario más famoso de Italia.
Entre incrédulo y horrorizado, el comisario Salvo Montalbano contempla desde su ventana una imagen de pesadilla: un caballo yace muerto sobre la arena. Una rápida inspección a pie de playa le permite constatar que se trata de un magnífico purasangre que ha sido sacrificado con crueldad y ensañamiento.
Pese a no ser precisamente un defensor de los animales, el comisario siente la necesidad de llevar ante la justicia a quien haya sido capaz de perpetrar semejante acto. Así pues, con la ayuda de su amiga Ingrid, Montalbano se adentrará en un ambiente al que nos tiene poco acostumbrados: el de los círculos ecuestres, las carreras de caballos y las elegantes fiestas benéficas, un mundo poblado por hombres de negocios de altos vuelos, aristócratas y amazonas de rompe y rasga.
Pero de ahí a las apuestas clandestinas y las carreras amañadas apenas media un paso, y Montalbano se colocará en el punto de mira de turbios personajes que lo amenazarán de todos los modos posibles. Incluso, poco faltará para que su casa acabe pasto de las llamas. ¿Qué otra cosa puede esperarse de la mafia?
13.- El campo del alfarero
En los pedregosos aledaños de Pizzutello, la lluvia ha devuelto a la luz un cadáver con signos de haber sido ajusticiado por traición. Sin huellas dactilares y con el rostro desfigurado, las características no se corresponden con las de ningún desaparecido. Y cuando Mimì Augello insiste de forma muy extraña en hacerse cargo del caso personalmente, las alarmas de Montalbano se encienden. Pese a que los molestos achaques de la edad lo tienen algo embotado, su infalible instinto lo lleva a no ceder las riendas y seguir adelante sin bajar la guardia. O tal vez el mejor estímulo sea la aparición en escena de Dolores Alfano, una mujer atractiva y seductora que denuncia la desaparición de su marido, de quien dejó de tener noticias poco antes de que embarcara hacia Sudamérica. Así, de manera gradual y casi imperceptible, dos casos en apariencia distantes empiezan a mezclarse, y Montalbano deberá devanarse los sesos y valerse de todo su ingenio para desvelar la trama oculta de una traición insospechada.
En esta decimoséptima entrega encontramos a un Salvo Montalbano con cierta tendencia a la misantropía, cada vez más entregado a sus momentos de soledad y a esos diálogos con su otro yo, que por una parte lo agotan y por otra le señalan el camino. Engañando a quien lo engaña, rebatiendo falsedades con nuevas falsedades, al final el verdadero temple del comisario resurgirá cuando renuncie a la gloria por lealtad a quienes ama. Quizá la vida no sea tan absurda, después de todo.
14.- La edad de la duda
¡Y qué mujer!
Con las primeras luces del alba, el comisario Salvo Montalbano se despierta sobresaltado por una pesadilla angustiosa. En ella, la capilla ardiente de su propio funeral se instala en su despacho y todos sus compañeros de trabajo le dan las condolencias por su reciente fallecimiento. Y lo peor es que Livia le comunica que no tiene intención de asistir al entierro, pues aunque lo ha amado tanto en vida, no puede «desaprovechar esa oportunidad». Pero las zozobras íntimas del comisario quedan en segundo plano cuando la llegada al puerto de Vigàta de un misterioso velero de lujo coincide con el hallazgo de un cadáver con el rostro desfigurado. Montalbano se pone manos a la obra y pronto se verá inmerso en una investigación de muy hondo calado, en la que el tráfico de diamantes africanos desempeña un papel fundamental.
Esta será la primera vez que el famoso comisario trabajará con una mujer. La joven teniente Laura Belladonna es de una simpatía irresistible y una belleza magnética. Igual que Petrarca, para Montalbano Laura es el «dulce error», el deseo nunca consumado, aunque sí correspondido, que lo situará frente a frente con su conciencia.
La proverbial lucidez de Salvo no le bastará esta vez para librarse de algunos de los fantasmas que lo atenazan, por lo que deberá acudir en busca de consuelo a la trattoria de Enzo, quizá con más frecuencia de la habitual.
15.- La danza de la gaviota
Una novela en la que veremos a un Montalbano cada vez más angustiado por la vejez y el paso del tiempo.
El insomnio ha vuelto a sacar al comisario Montalbano de la cama. Al amanecer, con una taza de café en la mano, sale a la terraza para contemplar el mar y asiste a un solitario y lúgubre espectáculo. En la arena, una gaviota enferma, o quizá herida, parece ejecutar los pasos de una extraña coreografía antes de caer fulminada, como si la vida se resistiera a abandonar su cuerpo para siempre. La visión, que tiene la misma naturaleza fúnebre e insidiosa que en casos anteriores, enturbia la mente del comisario como una niebla espesa.
Livia está en Vigàta y Montalbano y ella tienen previsto disfrutar juntos de unas vacaciones. Pero nada saldrá como planeaban, pues Fazio, la inestimable mano derecha de Montalbano, ha desaparecido. No ha vuelto a casa y su teléfono está desconectado. Se lo vio por última vez junto a una zona llena de pozos en desuso, y Montalbano y sus compañeros se temen lo peor. La imagen de su querido Fazio herido, o quizá muerto, en el fondo de un oscuro pozo los aterroriza y no repararán en esfuerzos para encontrarlo.
En otro sutiltoque de humor de su genial creador, los acontecimientos de La danza de la gaviota transcurren cerca del lugar donde se está rodando un episodio de la famosa teleserie sobre Montalbano. Por supuesto, el comisario evita a toda costa cruzarse con el actor que lo interpreta, que es mucho más joven y atractivo, aunque difícilmente tan irresistible para las mujeres...
16.- La búsqueda del tesoro
Una repentina calma chicha se ha adueñado de la comisaría de Vigàta. Con su sempiterna acumulación de papeleo reducida a la mitad, Salvo Montalbano puede dedicarse a la lectura de su adorado Simenon, mientras que el siempre industrioso Catarella se aplica con tesón a resolver crucigramas. Sin embargo, la deliciosa parsimonia pronto se verá interrumpida por uno de los casos más espeluznantes que se hayan visto nunca en la zona.
Todo empieza cuando los octogenarios hermanos Palmisano, conocidos por su exaltada obsesión religiosa, se fortifican en su casa del centro de Vigàta, desde donde disparan a diestro y siniestro contra cualquier pecador que se les ponga a tiro. En un momento de arrojo, Montalbano se introduce por una ventana y desarma a los ancianos, pero el panorama que se encuentra le hiela la sangre: un verdadero bosque de crucifijos de todos los tamaños y, sobre una cama, una muñeca hinchable, mutilada y desgastada, una escena testimonio de una profunda desolación. Intrigado por el hallazgo de una réplica idéntica, Montalbano se lleva la muñeca, sin sospechar que ha dado inicio a un juego de tintes macabros. Una sucesión de cartas anónimas lo invitan a participar en una búsqueda del tesoro, y a medida que Montalbano se involucra más en el extraño desafío, comprende que ha caído en la trampa de una mente profundamente perturbada, y que para salir del oscuro laberinto en el que se ha metido tendrá que llegar antes al centro del mismo.
17.- La sonrisa de Angelica
Una de las aventuras más emocionantes y divertidas de la serie.
Una serie de robos ejecutados de forma extremadamente ingeniosa y audaz se extienden de la noche a la mañana entre los habitantes más adinerados de Vigàta. En todos los casos, los ladrones logran desvalijar simultáneamente la residencia principal y la de veraneo, y en pocos días, enormes sumas en efectivo, joyas y valiosísimas obras de arte han pasado de las manos de sus dueños a las de estos expertos delincuentes, que no dejan ninguna pista tras de sí. Al menos, en apariencia...
El caso se convierte rápidamente en un desafío para Montalbano con la llegada de unas enigmáticas misivas anónimas en las que el cerebro de la organización reta a nuestro comisario a jugar una suerte de partida de ajedrez. Pero lo que de verdad complica las cosas es la aparición en escena de Angelica Cosulich, una de las víctimas de los robos. En unos días en que Montalbano sufre una aguda crisis de celos, pues sospecha que Livia le está engañando en Génova, la belleza fulgurante de Angelica Cosulich lo trastorna profundamente, porque esta joven treintañera de sonrisa luminosa es la viva imagen de la Angelica de Orlando furioso según la retrató Gustave Doré, el ideal femenino que hechizó las fantasías adolescentes del comisario.
Cuando después de una escaramuza uno de los miembros de la banda de ladrones aparece muerto, todo se precipita hacia una verdad que se revelará sórdida y dolorosa.
Con las hilarantes aportaciones de Catarella y las dosis de genial improvisación con las que Montalbano elude una y otra vez los intentos disciplinarios de sus superiores -ese hatajo de burócratas incompetentes-, La sonrisa de Angelica es una de las aventuras más emocionantes y divertidas de la serie.
18.- Juego de espejos
La explosión de un pequeño artefacto frente a un almacén vacío, en pleno centro de Vigàta, y la consiguiente investigación puesta en marcha por Montalbano y su equipo, precipita una serie de acontecimientos que se suceden de forma caótica y vertiginosa: pistas contradictorias, cartas anónimas, delaciones misteriosas... El comisario tiene la sensación de que alguien busca guiar sus pasos, confundirlo y manejarlo como si fuera una marioneta, alejándolo de la verdad de los hechos.
En paralelo, Montalbano traba amistad con su nueva vecina, Liliana, una mujer de rompe y rasga, cuyo marido se halla a menudo ausente por razones de trabajo. Y muy pronto iniciará con ella un juego de seducción más que comprometido. Realidad e ilusión se confunden, los crímenes investigados se tornan violentos y el comisario, consciente de encontrarse en un laberinto de reflejos, rememora la magistral escena de los espejos de La dama de Shanghái, de Orson Welles. Al igual que en la película, deberá tener en cuenta que sólo una de las imágenes es la real. Montalbano se crece ante la dificultad, y desenreda finalmente la maraña haciendo gala de su finísimo instinto y su veteranía, sin perder nunca su irreverente sentido del humor. Esta vez, incluso Catarella acepta llevar a cabo una pequeña misión secreta nocturna, que en sus manos adquiere aires quijotescos.
19.- Un filo de luz
«El Montalbano más hermoso de nuestra vida. ¿Es posible que, después de una veintena de novelas con el comisario, Camilleri aún consiga superarse? Sí, leedlo y veréis.»
Corriere della Sera
Al igual que otros libros de la serie de Montalbano, Un filo de luzcomienza con una pesadilla. Esta vez, sin embargo, el comisario no consigue desprenderse de un malestar profundo, una aciaga sensación premonitoria que lo deja receloso y aprensivo.
En Lampedusa se ha vuelto a producir un desembarco de inmigrantes clandestinos, y el ministro de Interior decide hacer una aparición estelar con parada en Vigàta. Para evitar a toda costa toparse con él, Montalbano se va a visitar una exposición de pintores italianos del siglo XX en la nueva galería de arte de la localidad. Allí conoce a su propietaria, Marian di Rosa, una elegante milanesa que sabe lo que quiere, una auténtica femme fatale ante la que el comisario caerá rendido, sin oponer la menor resistencia.
En su fuero interno, Montalbano sabe que su relación con Marian no es una aventura sin importancia, se siente presa de algo distinto, un enamoramiento que lo trastorna, y tiene que esforzarse para mantenerse lúcido y no perder la cabeza. Livia es sólo una voz al otro lado del teléfono, y Salvo es incapaz de sincerarse con ella. Confundido, posterga toda decisión recurriendo a tácticas y subterfugios.
El siniestro sueño de las primeras páginas resultará, en efecto, premonitorio. En el desenlace de sus investigaciones, alguien muy querido para Montalbano reaparece trágicamente en su vida, y su relación con Livia adquiere una dimensión profunda y olvidada.
20.- Una voz en la noche
Vigàta y Montalbano son siempre los mismos pero, en cierto modo, crecen y se transforman con cada nuevo caso.
El día de su cincuenta y ocho cumpleaños, el comisario Salvo Montalbano tiene un altercado en la autopista con un conductor imprudente, un joven que resultará ser el hijo del presidente provincial. Esa misma noche se produce un extraño robo en un supermercado controlado por la familia Cuffaro, una de las más notorias de la mafia local. Cuando Guido Nicotra, el director del establecimiento, se suicida tras el durísimo interrogatorio al que lo someten Montalbano y Mimí Augello, que lo acusan de haber amañado el robo, la opinión pública pondrá al comisario y a sus hombres contra las cuerdas. Pero las cosas se complican aún más cuando la jovencísima prometida de Giovanni Strangio, el conductor temerario, aparece salvajemente acuchillada en casa de éste.
Los obstáculos, uno tras otro, se suceden en las investigaciones, y Montalbano se verá envuelto en una doble trama en la que el crimen organizado y la política parecen estar dándose la mano por debajo de la mesa. Nicotra, por supuesto, no se suicidó, y para descubrir el secreto que se llevó a la tumba, Salvo decide actuar por su cuenta y tirar de todos los cabos sueltos que tiene al alcance de su intuición. Una vez más, las dos investigaciones se entrecruzarán y la incómoda verdad pondrá al descubierto una nueva sima de la avaricia humana.
21.- Un nido de víboras
En esta vigésimo quinta obra de la serie, disfrutaremos de la mirada socarrona del gran autor siciliano y su habilidad para sondear los recovecos del alma humana.
Con el paso de los años, las pesadillas que desvelan a Salvo Montalbano se han vuelto más sofisticadas y extrañas. En esta ocasión, el veterano policía cree encontrarse junto a Livia, semidesnudos, en una exuberante selva tropical. Pero no es una selva de verdad: los troncos y el follaje están pintados al óleo, y Livia y él se hallan dentro de un enorme cuadro de Henri Rousseau. Y cuando un trueno ensordecedor devuelve al comisario a la realidad, ésta se materializa con un vagabundo que busca refugio bajo el porche de su casa. Poco sospecha Montalbano que ese encuentro fortuito contiene un elemento clave de su próxima investigación, uno de los casos más turbios y difíciles de su carrera. Esa misma mañana aparecerá muerto el contable Barletta, con señales inequívocas de violencia. Al igual que la falsa jungla del sueño, el muerto no es lo que parecía. Lejos del tranquilo gestor jubilado que simulaba ser, Barletta se revela como un personaje de mil caras, a cuál más sorprendente e inesperada: un hombre de negocios implacable, un verdadero malabarista de la extorsión y el chantaje, y al mismo tiempo un padre de familia hipócrita y desalmado. A pesar de los numerosos casos a los que se ha enfrentado en su brillante carrera, Montalbano comprueba, una vez más, que el ser humano -con sus pasiones, sus deseos, sus debilidades- no deja de ser un misterio insondable.
Los lectores podrán disfrutar una vez más del singular sentido del humor del comisario Montalbano, un personaje que perdurará como ejemplo perfecto del savoir-vivre mediterráneo.
22.- La pirámide de fango
Montalbano no está dispuesto a mirar hacia otro lado y no descansará hasta llegar al fondo de la cuestión.
Profundamente afectado por la muerte del joven François, y mientras intenta asimilar lo que esta pérdida significa para Livia y para él, Salvo Montalbano tiene que sobreponerse al cansancio y al desánimo antes de enfrentarse a un caso ligado a esa lacra que, por desgracia, tanto abunda en el mundo de hoy: la corrupción política en las adjudicaciones de obra pública.
Como si el tiempo y el paisaje reflejaran ese estado de ánimo del comisario, una lluvia pertinaz y copiosa cae sobre Vigàta e inunda sus calles y sus campos. En un solar abandonado, que el agua ha transformado en un lodazal, el cadáver del joven contable Giugiù Nicotra aparece con un disparo en la espalda. La investigación del asesinato exige todo el ingenio de Montalbano y sus ayudantes, y a medida que el comisario va aclarando el enigma, surge otro tipo de fango, el de los favores, las contratas amañadas y las concesiones fraudulentas. Montalbano no está dispuesto a mirar hacia otro lado y, fiel a su carácter, no cejará hasta llegar al fondo de la cuestión; sin embargo, hay algo que no encaja: ¿por qué la víctima se arrastró para morir dentro de un tubo de canalización del agua?
22.5.- Muerte en mar abierto
Bañado por la cegadora luz mediterránea y perfumado con el intenso olor del salitre y los cítricos, el pequeño municipio siciliano de Vigàta forma parte del acervo literario de miles de lectores europeos. En este volumen, Andrea Camilleri nos transporta a los años ochenta para conocer una versión quizá más ingenua, aunque no menos enmarañada, del complejo microcosmos en el que inicia su carrera profesional el ahora famoso comisario Montalbano.
En estos ocho casos, descubrimos a un Salvo en plena juventud que, con idéntica intuición pero con bastante menos escepticismo, vive los momentos más apasionados de su relación con Livia, vigilado de lejos por Adelina con su natural desconfianza. En la comisaría, a su vez, asistimos a la entrada triunfal del inefable Catarella, Fazio es igual de avispado que hoy y no es difícil reconocer a Mimì Augello hipnotizado como siempre por tal o cual belleza; incluso despunta Pasquano, con su impenitente sarcasmo y su debilidad por los cannoli.
Con la dosis perfecta de crudeza, ironía e introspección psicológica que han convertido en únicas las historias de Montalbano, el maestro Camilleri nos invita a recorrer una Italia sombría, sometida por una mafia que campa a sus anchas, plenamente dedicada a la extorsión, el secuestro y el asesinato. Un viaje al borde del abismo que deleitará una vez más a los numerosísimos seguidores de Montalbano y fascinará a quienes aún no lo conozcan.
23.- El carrusel de las confusiones
En Vigàta las escenas nocturnas adquieren una belleza leopardiana, pero no absorben el murmullo de las alas invisibles en la tiniebla. En una calle solitaria, una mujer de unos treinta años es raptada, narcotizada con cloroformo y abandonada sin sufrir violencia ni robo, lo mismo que le ocurrió la víspera a la sobrina de Enzo, el propietario de la trattoria favorita de Salvo Montalbano. Ambas tienen en común la edad y que trabajan en sucursales bancarias. Unos días más tarde, otra joven es secuestrada con idéntico modus operandi, pero liberada en este caso con una treintena de cortes superficiales por todo el cuerpo menos la cara. Y coincidiendo con estos sucesos tan extraños, un incendio a todas luces provocado arrasa en parte una tienda cuyo dueño y su novia han desaparecido sin dejar rastro.
La situación huele a mafia, pero el paso del tiempo no ha hecho perder a Montalbano un ápice de su fino olfato para descifrar los pequeños detalles y captar las motivaciones ocultas. Cuando todo apunta a una explicación más que obvia, el ejercicio de una lógica impecable lleva al comisario hacia una realidad mucho más compleja, un entramado de perversiones, traiciones y venganzas. En ese laberinto pantanoso de servidumbres y desamores, de lóbrego malestar, se esconde, entre un dédalo de confusiones, una cámara de la muerte: la última, la más secreta, el lugar donde lo espera agazapada la verdad.
Misteriosa, irónica, oscurísima, genial, imposible dejarla: esta nueva entrega del comisario Montalbano envuelve al lector en un clima de suspense psicológico sin tregua y confirma a Andrea Camilleri como uno de los maestros indiscutibles del género negro.
24.- Tirar del hilo
Cuando Vigàta se llena de pateras, Salvo Montalbano se ve completamente desbordado de trabajo. Tras haber sobrevivido a las olas traicioneras, cientos de migrantes llegan hasta la costa en pésimas condiciones, sin medios ni garantías, por lo que ayudar se convierte en un deber para el comisario y sus hombres.
Como si ese apremiante desastre no bastara, Montalbano, acuciado por Livia ante la inminencia de las bodas de plata de unos amigos, se pone en manos de Elena, una bella modista que regenta la sastrería más afamada de Vigàta y con la que traba una complicidad inmediata. Pero cuando Elena aparece brutalmente asesinada, entre algodones libaneses y rollos de tela, el comisario, con la colaboración nada menos que del gato de la víctima, hará todo lo posible para desenmarañar el ovillo de tan horrendo crimen.
En Tirar del hilo, su libro número cien y el vigesimonoveno dedicado a Salvo Montalbano, Camilleri nos brinda una magnífica novela negra que pone el foco en la crisis migratoria, una de las tragedias más duras de la realidad europea actual, «una excusa estupenda para levantar viejas y nuevas fronteras con alambre de espino».
25.- La red de protección
La cotidianidad de Vigàta se ve completamente trastocada cuando la ciudad se convierte de la noche a la mañana en un set de rodaje ambientado en los años cincuenta. Mientras todos colaboran enérgicamente en la película, un incidente pone en jaque a la población: un tiroteo en el instituto.
El comisario iniciará una investigación sobre el mundo de los adolescentes que lo llevará a enfrentarse a la realidad agazapada tras las redes sociales. Entre los misterios del pasado, las incertidumbres del presente y el deseo de protegernos a nosotros y nuestros seres queridos, La red de protección nos sumerge en los problemas más acuciantes de hoy: las nuevas generaciones y sus hábitos, la inmigración, el debate ecológico y los beneficios y las trampas de internet.
26.- El método Catalanotti
Un misterio apasionante que sabe a puro teatro.
Es una velada como cualquier otra para el incansable mujeriego Mimí Augello en la alcoba de su enésima amante. Pero cuando el marido de ésta regresa inesperadamente a casa, la fiel mano derecha del comisario Montalbano decide deslizarse por la ventana y buscar refugio en el piso de abajo. De un peligro a otro: en el apartamento vislumbra en la oscuridad un cuerpo tendido en la cama, elegantemente vestido y rígido por el frío de la muerte. A la mañana siguiente, una llamada a la comisaría notifica el hallazgo de un cadáver bajo las mismas circunstancias, excepto que no coincide con el primer muerto. ¿Cómo ha podido pasar esto? ¿Y qué ha sucedido con el otro cuerpo? ¿Por qué toda la escena del crimen tiene algo extraño que sabe a teatro?
27.- El cocinero del Alcyon
El responsable del despido del desdichado y dueño del astillero en quiebra es Giovanni Trincanato, un tipo de negocios turbios sin escrúpulos ni modales que no tarda en despertar la antipatía del comisario. Paralelamente, en el puerto de Vigatà aparece el Alcyon, una lujosa goleta con apenas pasajeros y muy pocos tripulantes, pero con una popa capacitada para recibir un helicóptero.
Cuando Montalbano descubre el lazo existente entre el capataz del astillero y la misteriosa embarcación, crecen sus sospechas de que algo turbio se está orquestando.
28.- Riccardino
Esbozado entre 2004 y 2005, retomado en 2016 y publicado póstumamente en 2020, Riccardino ha adquirido el valor de testamento literario, un broche magnífico a una historia de casi treinta años en el que Andrea Camilleri demuestra su genialidad al mezclar realidad y ficción, en un sorprendente guiño del escritor siciliano para despedirse de Salvo Montalbano, su inseparable compañero de aventuras.
28.5.- La conciencia de Montalbano
Seis relatos no incluidos en las recopilaciones publicadas en vida de Andrea Camilleri, en los que, a partir de pistas mínimas, Salvo Montalbano se ve obligado a esclarecer crímenes disfrazados de accidentes desde una mujer brutalmente asesinada, la desaparición de un preciado anillo, el hallazgo de un cadáver envuelto en una manta tras una juerga veraniega, las consecuencias del noviazgo entre una estudiante de buena familia y un capo huido de la justicia, el debate de un comerciante de vinos entre cumplir con el estado o satisfacer a la mafia, hasta la inusual nochevieja de Montalbano y Livia.
Amenos e intrigantes, estos relatos son una nueva muestra de la sensibilidad y perspicacia del comisario siciliano, que ha cautivado a millones de lectores en toda Europa.